Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














viernes, 4 de noviembre de 2011

Cascada de Da Ban Stream. Phu Quoc. 39 Km.

En mis planes de hoy, incluía hacer la colada. Tengo la ropa de montar en bici, a pesar de que la pego un agua con frecuencia, bastante sucia. Los caminos de polvo hacen estragos. Y el culotte, en particular, ya se mueve solo. Ayer tuve que mantenerle dentro del baño porque tiene vida propia. Lo malo es que hoy, ha echado a correr y he tenido que coger a Rocinante y todo, para pillarle. Así que, según he llegado al bungaló, he desmontado la papelera del baño, que es lo que me sirve de cubo y al agua, con jaboncillo de colada, que también compré ayer.
Salí temprano, cerca de las 8, muy bien desayunado, porque ayer compré fruta y luego me comí las consabidas tostadas con cafelito. Salimos con alegre trotecillo mientras recitaba a Rocinante: "Rocinante, campeón, nos vamos de excursión".
Lo primero, para abrir boca, la cuesta de salida que tengo en la carretera, según desemboco en ella. Eso hace que me desentumezca y también a Rocinante, porque según arribamos a la loma, metemos la directa y a 30 Km/h, hasta el cruce. Ese tramo, me encanta. Plato grande, piñón chico, y ver a las piernas desde arriba, subir y bajar, empujando con una cadencia no muy rápida pero sí muy efectiva, mientras avanzamos a pasos de gigante. ¡Qué gran invento, el cambio de las bicis!.
Cruce el pueblo y me fui directo al aeropuerto, intentando fotografiar a algún avión bajito ya que la pista está pegada a la carretera. No hubo suerte. Se me escapó el de las 8,30 por cinco minutillos. A ver si mañana. Mientras esperaba si venía otro (llegan poquísimos), dejé a Rocinante en un prado y, cámara en mano me fui de paseo, para ver si encontraba alguna cosa de mi interés (casi todo).
Y, efectivamente, en la orilla, como si ello fuera una de las cosas más normales que se hacen en las orillas, un trio de carpinteros de ribera, estaban haciendo un barco de pesca. Tenían el casco prácticamente terminado y era muy atractivo. estaban trabajando en él y me acerque para aprender. Querían que cogiera las herramientas y le diera yo también. Jajaja. No, que luego se hunde!.
Padre e hija desenredando la red, después de la pesca

Carpinteros de rivera

Uno de los artistas


Después me metí por un caminito por el bosque, como ayer. Nada de particular, muy bonito y relajante. Hasta que, mientras luchaba con las arenas de playa que los caminos tienen en abundancia, una abuelita, me hizo auto stop. Era menuda y aquí, las bicicletas llevan hasta a dos y tres personas, muy conmumente. Pero claro, son personas normales, no  abueletes ni abuelitas, jajaja. Y no por los caminos de arena. La abuela se explicaba, a toda máquina, en un perfecto inglés, el mejor que he oído de los vietnamitas, con una velocidad y una pronunciación exquisita pero, sobre todo, con una perseverancia digna de elogio. Realmente quería que la llevara. Tuve que decirla ( o eso quise decirla, a saber lo que la dije) que me acercaba hasta el mar y que volvía a buscarla. Ok, dijo y puse pies en polvorosa.
Lo siento, por la mala imagen que dejamos los extranjeros, pero si la hubiera cogido la habría soltado más adelante en medio de la nada, y eso era peor.
De nuevo en la carretera, me acerqué a otra cascada, más pequeña que la del otro día, pero también bonita. Allí había dos parejas bañándose en una poza y bañando a unos cachorrillos que no sé como no se ahogaban. Bueno, sí, el instinto de supervivencia.

Así de largas son las cañas que lleva ese camioncillo. Estos camiones, son un auténtico peligro, van por los caminos a 200, derrapando y levantando unas polvaredas imposibles

Los cursantes y el que escribe. El de la izda., es el que me invitó a su casa. Tiene buena cara, pero por si las moscas.


cascadita

Uno de los perritos con su dueña, enseñándole a nadar







En un recodo había un grupo de cortadores de caña para la construcción cargando un camión. Paré un ratillo con ellos y uno de ellos me invito a que, a la vuelta de la cascada, parara en su casa. No lo hice, que luego me cobran el café de todos, jajaja. Y, en otro recodo, en un lugar que no pasa ni el gato, había un restaurant, con cartel en inglés y todo, que regentaban dos viejitos que, como el 50% de la población, descansaba felizmente en sus hamacas. Les pedí un refresco de té y me regalaron todos los plátanos que pude comerme. Potasio puro!.
Es una pena lo de no poder bañarse. Hoy lo hubiera hecho para, además, darle un agua al culotte, pero me acorde del asiento y no lo quiero mojar gratuitamente. Ya se mojará el solo, con las lluvias. Empapado en sudor, volví al "restaurante" de ayer, para aprender un poco más de vietnamita y porque me gustó la comida.
Y, de cabeza, a casa, a lavar, empezar a desempolvar el mapa, preparar el día de mañana que toca estudiar rutas, visados y limpiar a Rocinante a fondo, sobre todo, la cadena y sus periféricos. Además, me di un baño estupendo. Hoy el agua esta a revuelta para lo que aquí se estila y, tras probar que no haía resacas, hice un poco el pez y el pato, pero ni hice pareados, para no molestar a Rocinante. Seguro que se pondría celoso.
Grupo de colegialas yendo al colé por la nacional

Mi kioskito de los medios días

Preparándome el coco de mi bebida

A las 19, a cenar, a otro restaurante, este de sopas, que también están muy ricas. Hoy, los palillos se me han rebelado y no cogía ni un fideo con ellos. Han empezado a mirar. Todo el restaurante estaba atento a mis juegos palilleros y me ha dado la risa de verlos, asombrados de mi ineptitud. Se han empezado a reír ellos también, pero yo  más, y ellos más aún. De la situación, me ha dado un ataque de risa y casi se va la sopa al garete. Finalmente, se ha levantado uno de ellos y me ha colocado los palillos en la mano. Nadie comía, pero todos miraban. He cogido un trozo de pollo, pero al llevarlo a la boca, los palillos se han cruzado y el trozo de pollo, voló. Por fín, me han dado una cuchara, pero yo, persistente, he insistido y, mal que bien, con aplausos, me terminé mi sopa de fideos gordos transparentes, amarillos finitos, pollo, brotes y hierbas.
Genial.
La colada, la hamaca, el porche de mi casa y el jardín con Rocinante al fondo.

1 comentario:

  1. Que estupendo día!!!!... Oye fotografo, una cosa que me deja perplejo es la facilidad que dejas a Rocinante y te vas a pasear... ¿Como lo haces?....

    Por cierto... Vas a tener que coger la madera por las ramas... Ya van dos intentos de meterte en el negocio, muebles, barcas.... Tu di que si, que mientras no te pongan hacer un Juan Sebastian El Cano, lo demas parece chupado, jajaja...

    Un abrazo, y gracias por tu privi...

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