Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














miércoles, 2 de noviembre de 2011

Paseos por la isla. Cascada de Tranh Stream. Puerto. 32 km.

Jajajaja. Acabo de descubrir la causa de mi constreñimiento y, más jajaja, acaba de pasar una rata, bien grande por mis pies, de un lado a otro, a toda pastilla, como si tal cosa. Pues que tenga cuidado, porque va a a cazuela en menos que canta un gallo!.
Decía que la causa de mi constreñimiento, seguramente, es que llevo una vida de asceta, o sea, de viajero. Pocos gastos, mucha disciplina y mucho tiento. En cuanto me he abandonado y he cenado como un turista, o sea bien, todas las penas se han disipado. ¿tendría hambre, acaso?.
Hoy salí tranquilamente, después de desayunarme lo que yo creía que era un mango, resulta que no lo era, porque, en lugar de tener un hueso dentro, estaba hueco y tenía muchas semillas negras. ¿Alguien sabe cómo se llama?. Bueno, el caso es que desayuné ese fruto, grande, magnífico, y luego me comí un par de tostadas con mantequilla y un café con leche maravilloso. También limpié las ruedecillas del cambio, que chirriaban. Las desmonté, limpié y engrasé, hasta ir como la seda.
Con esa gasolina, eché andar con Rocinante, en busca de la cascada que en la guía pone que es muy bonita. En el camino, tropecé con un taller donde hacen asientos y mesas a partir de troncos secos y raíces. Una maravilla. Estaba cerrado en ese momento, pero podías verlo. Estuve merodeando y maravillándome de lo artistas que són con cuatro cosas y, después, cuando me acerqué al taller del artesano, vi que tenía un banco de hacer pesas con unas pesas de piedra. Todo muy rústico, pero efectivo.
Me vino a la memoria un hecho de la sociedad de consumo en la que vivimos los occidentales. Un día, un señor, me encargó que le vendiera un equipo completo de rejuvenecimiento corporal. Dicho equipo constaba de mancuernas, barra larga, narra de techo , banco de abdominales y, muchas, muchas pesas, por lo menos 30, de todos los tamaños y pesos. Estaba nuevo, ya que el individuo, había decidido ser amigo de su "vejez", en lugar de oponerse a ella y esculpirse. Acepté el encargo. Por aquel entonces, entre otras cosas, me dedicaba a ello.
Bueno, pues tras mucho tiempo y luchas, el equipo, que le había costado un riñón, se vendió, para mi asombro, por 50€. A mí, me costó trabajo asimilarlo.
Y este hombre, sin gastarse un duro, se ejercitaba con discos de piedra!.

Discos de pesas de piedra


Continué por caminos polvorientos, hasta llegar a la cascada. 25 cts/$ la entrada. El camino, se hacía a pie. Hacía un calor infernal y húmedo e hice cantidad de fotos que para nada dan testimonio de mis emociones. Como recompensa, al final llegué a la cascada. El agua era cristalina, el sitio, emocionante, pero no llevaba traje de baño y, aquí, de momento, puedes bañarte sin problemas.
Muy, muy enojado y sudoroso decidí, a pesar de que el camino terminaba en la cascada, m interné en el bosque, en busca de aguas más íntimas, pues de todos es sabido, que las cascadas no suelen coincidir con el nacimiento de los ríos.
Subiendo peligrosamente, dada mi ineptitud y tendencia a estronciarme, llegué a un paraíso tranquilo y solitario. Me desnudé y me zambullí. Ohhhh, que gustazo!.
Cuando hube disfrutado lo suficiente, me encaramé a una roca a la que daba el sol, en pelotas, lógicamente. Y, al mirar hacia abajo, zás, uno que me estaba mirando flipado. Puse mis brazos en cruz, levanté las manos para arriba y, con los dedos abiertos, agité mis muñecas, como diciendo: ¿Ah, se siente!.
El tipo, me dijo algo en inglés y, entonces, además que agitaba las manos, levanté y bajé los hombros intermitentemente. Fue suficiente, porque se fue.



Mi poza particular

Después de eso, me tomé dos jugos de caña y un sopicaldo y me fuí, en busca de nuevas aventuras.
Coche fúnebre. Los deudos van sentados en los laterales y el féretro en el centro


Había decidido que quería moverme por la parte norte de Dunog Dong, que no aparece comentado en las guías. Entoncés legué a un pueblito de pescadores de la ciudad. Mientras lo atravesaba (por aquí no se mete un turista ni borracho y no sé porqué), de una casa, me llamaron insistentemente. Haciendo una excepción, jajaja, me detuve y me metí con ellos. Nos pusimos a departir, cada uno en su idioma, me invitaron a un café y, después de reirnos cantidad, llegó un propio que me miraba con una fijación que asustaba. Me miraba y me miraba y si le mantenía la vista, el seguía, pero un poco mosqueante. Si le sonreía, él, de mármol, Cogió mis gafas de sol, que llevo, desde ayer, atadas con un cordón al cuello y se las puso. Imaginaros mi postura: Chic to chic (no se cómo se escribe, pero tengo entendido que es mejilla contra mejilla).
El propio empezaba a inquitarme. Tras aguantarle la mirada varias veces, decidí dar por concluida la visita y, con mucha ceremonia, me despedí.
No había llegado a Rocinante cuando se armó un pequeño griterío. Miré y dirigiendo a mí, sacaron un billete de 20.000. Soy ignorante, pero no tonto y entendí que lo que decían es que pagara el café a ese precio. Estuve tentado, dado que no les "entendía" por cogerles el billete haciéndome el sueco, pero viendo que se iba a liar la marimorena, lo dejé pasar. Insistían cada vez con más tensión y yo, pues de mármol, como el otro. Finalmente, el más sensato, levantó los brazos, agito, las manos,  y me sonrió. Salí por pedales y me alejé.
Llegué a un secadero de calamares. Madre de dios qué de ellos!. Precioso.


De vuelta, me acerqué al mar y, allí, en un baretillo, por llamarlo de alguna manera, había otros propios que me ofrecieron un paseo en barca. Tras muchos esfuerzos, risas y ayuda de una joven que escribía inglés a la perfección pero que no decía ni entendía (es normal si el que habla soy yo) una palabra, negocié que mañana, a las 18h., me llevan a pescar durante 4 horas, por la noche a razón de 16$ el completo (de pesca y paseo, me refiero, jajaja). Aún no sé si iré.
Y después de tantas emociones, me acerqué a la playa, pasé por una calle que son todo restaurante de pescado y marisco, fresquito, recién pescado y me dijé que quizás, en lugar de ir a pescar, igual mejor me comía lo pescado por  otros. Y eso hice.




2 comentarios:

  1. Queeee guapa esa cascada manda fotos por mail . Disfruta y no te metas en lios .y al pedal

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  2. Ufff... La verdad que yo no se que haria con todas esas cosas que te pasan.... Imagino que tienes que tener más tablas que el tablao de la Lola Flores, pero chico... Los pelos como escarpias....

    ¿No has preguntado si puedes quedarte de aprendiz para aprender a tallar esas cosas tan guapas?....
    Un Saludo y un abrazo.

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