Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














jueves, 5 de enero de 2012

Ao Nang Beach. tercer día. 45 km. Thailandia. Tailandia. Bicicleta.

Vaya estúpida situación en la que me está metiendo la tarjeta de crédito. Por las razones que sean, es imposible sacar dinero de ella, pues se niega a comunicarse con mi banco. Hoy ha sido un rosario de visitas a cajeros y bancos. Y en ninguno en conseguido nada. Me he ido a Kravi, la capital de provincia, pensando que allí, al ser más grande, quizás el problema se solucionaba, pero ni así. 40 km, ida y vuelta que me han dejado el culo hecho un guiñapo, pues me fui sin culotte, pensando a): que estaba más cerca (eso me dijeron) b): que iría parando constantemente, y por lo tanto descansando. Paré un par de veces a la ida, pero después pensé que lo mismo que veía a la ida, lo vería a la vuelta y ya, con el problema resuelto, podría parar y desviarme todas las veces que quisiera. Como el problema no se resolvió, la única solución que quedaba era un envío urgente a través de la Westwern, pero los bancos cierran a las 16,30. El tiempo corría en mi contra, así que a pedalear deprisa y comunicarme con Madrid para que me echaran una mano. Y en esas estamos, con los bancos ya cerrados y con la posibilidad, quizás, de poder cobrarlo en uno de los puestos de exchange.
Lo cierto, es que me encuentro bloqueado, si posibilidad de pagar lo que debo del resort y, por tanto irme. Todo por no llevar más de una tarjeta. Insisto, viajeros, por lo menos 2 tarjetas para viajar y además llevarlas separadas, por si.
Aproveche, con el poco dinero que me quedaba, para comprar un spray de engrasador de cadenas, porque el camión cisterna de singer, aunque me ahorraba un buen pico, me complicaba para meterlo en las alforjas. Y ya se lo he puesto. Menuda diferencia. Ahora si que va como la seda. Aprovechando que el bote es grande, me puse un poco en las rodillas y hemos vuelto de Krabi como una bala trazadora. Sólo se veía una raya azul (Rocinante y yo, hoy, vamos de azul) que ha dejado a los lugareños paralizados ante su belleza y velocidad.
Y una pata de cabra que espero que ésta vaya mejor que la que compré en Camboya, que se la tuve que regalar a unos niños, porque era tan buena, que contrastaba mucho con el resto y desentonaba. No sé si funciona con las alforjas puestas, porque hoy no las llevaba, espero que sí.
Y una curiosa anécdota. El frasco de antimosquitos, ya ha cambiado de mano. Buda ha corregido mi mal proceder, insuflándome un despiste para que lo dejara olvidado en la mesa. Bueno estaría que, casualmente, lo hubiera recuperado su anterior dueño, jajajaja. Pero Buda es así y hasta podría ser. Me gustaría dejar el tema del dinero solucionado. Si así fuera, me voy a la playa a disolver el mal rato que me
está haciendo pasar esta situación tan monetaria y para suavizar la raya del moreno de brazos que, a día de hoy, ya está menos marcada.
En la playa he estado, prácticamente de noche, pues las gestiones en la western, donde hay que rellenar un cuestionario más completo que para comprar una casa, se han comido el día y la luz. Y ya vuelvo a ser una persona libre. Pero bueno, de noche y todo, el baño ha sido espectacular y sabrosón. Después me he ido a comer una pizza, tenía muchas ansias de pan y me han puesto una pizza que ni la boina de un vasco, la xapela. finita, pero enorme.
Y, cenando, como estoy solo y no tengo otra cosa que hacer que comer y mirar, he visto cosas sorprendentes para mis ojos. Por ejemplo, el señor que te ataca en la calle, cuando pasas por delante del restaurante, es el que cobra, en la calle también, y el que se guarda los dineros. Que una mujer, se ha limpiado el sudor de la frente, como si tal cosa, con la parte de abajo de la camiseta, dejando sus partes pudendas a la vista del personal (llevaba sujetador, verde y muy mono). Sus acompañantes de la mesa, no. Y más de una vez, jajaja. Que tras terminar una cena de un matrimonio, con dos hijos, chica y chico, a la hora de pagar, la mujer pasa de todo, el marido paga, la hija revisa la cuenta y el hijo mira a las chicas de alrededor. Y, que la cuenta, de nuevo, me ha costado bastante menos que lo que ponía en la carta???.
Y esta noche vienen los reyes, para vosotros, para mi, espero, vienen esta tarde en forma de Western. Y como habéis sido buenos, seguro que os traerán, al menos, buenos deseos. Los míos, ya los tenéis.
¡Felices Reyes!. Y no se os olvide ponerles polvorones y una copa de vino.



De el fruto de las palmeras peludas, sacan el aceite de palma, parece se


semáforos de diseño
















1 comentario:

  1. Me ha encantado la foto de la furgoneta... Quien pudiera disponer de una camper... en fin... soñar es gratis verdad juan?

    Bueno, os veo algo delgados... cuidate, que los disgustos del dinero se pasan rapido...

    Por cierto canción para estos momentos... "falsa moneda"... no se el autor pero seguro que te la sabes...

    Un abrazo

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