Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














domingo, 8 de enero de 2012

Ao Nang-Khlong Thom. 81 Km.


Otra vez a la marcha bicicletera. Se notan los días de inactividad cuando te pones de nuevo en marcha y aunque dos días, me hice unos kilómetros, no es lo mismo que hacer etapas. Además, en las etapas voy cargado y en las excursiones de descanso, voy a pelo. 
Salí sin desayunar más que tres plátanos que aún me quedaban del último templo, y eso que todos los días, caían mínimo cuatro, decidido a integrarme cuanto antes con las costumbres del país, dejando de lado las tostadas de pan de molde con mantequilla y mermelada y el café de todos lo días. Hoy, arroz amarillo, con brotes, pollo y huevo cocido y picante. Y antes de irme de Aonang, quería fotografiar la mezquita que están construyendo, así que hice un alto y, aparte de hacerlo por fuera, lo poco que pude, me asomé al interior donde un buen hombre, todo sonriente, vino a pedirme una ayudita para seguir construyendo el edificio, bastante avanzado. 
Y a la marcha. La ruta, los primeros kilómetros hasta Kravi capital, los deshice del camino de llegada, el primer. Y así no repetía mi excursión de antes de ayer. Y pienso que, además es un poquito más corta. Y a la 4 de nuevo. En un momento determinado, decido cambiar el agua de las botellas, estancada durante las vacaciones, por otra nueva y fresca. Parto en en una gasolinera que, como en todas, tienen un seven y cajeros. Pruebo en los cajeros, más que nada por ver si consigo encontrar alguno donde mi fabulosa tarjeta se digne hacerme un poco de caso. Nada. Después, revisión de la presión de las ruedas. Como piedras las he puesto y, según estoy inflando, un olorcillo peculiar me daba en la nariz, a la par que se oía algún chirrido.
La cabeza, fresca a esas horas, deduce, con gran asombro por mi parte, que estamos cerca de una planta de producción de las, tantas veces vistas, planchas o sábanas de caucho o látex.
Con una gran excitación, me asomo a una pequeña puertecilla entreabierta y…. "señoras y señores, antes ustedes, la gran fábrica de procesado del látex en sábanas marrones, listas para su venta". Jajajaj. Tanto tiempo buscándolo, atento, pero lo único que encontraba era a  las personas colgando las blanquísimas sábanas, como mucho, pero nunca, como las hacía. Y ahora, ¡oh, mandarinas dulces!. todito aquello por lo que suspiraba, en grandes dosis. Desde los flanines de las bandejas, hasta el secadero del techo, con muchos operarios y todo el proceso. Las lágrimas se me saltaban. Iba de aquí para allá, como enfebrecido, de la prensa a los flanines, del pisado al colgado, al lavado de cacharros, otra vez a la prensa… Los tenía turulatos. Y todo para mí. Una de las cosas que más me han gustado, es el aplanado con los pies, en un baile de pasitos acompasado en alguna música interior de ellos. Sacaban el flan de la bandeja, volviéndola boca abajo sobre el suelo de azulejos. Con una suavidad semejante a la del producto, con las manos, la presionaban un poco para extenderla ligeramente. Y entonces, se subían a esa pequeña y blanca masa brillante y, bailando, bailando, a pasitos idénticos, van extendiendo la plancha del tamaño original, del flanin a una alfombra piecera, más o menos.
He gozado como un enano, por mi el día se podía haber terminado en ese momento, porque he soltado adrenalina a expuertas. Cuando me he calmado y bebido mucha agua, he retomado la marcha para llegarme hasta un Buda sonriente, al que he agradecido, en mis interiores, el descubrimiento realizado. Me ha guiñado un ojo disimulando. Hay complicidad, está claro. Una señora estaba restaurando una butaca de bambú, en los últimos pasos del proceso, con manos ágiles y dedos precisos, a pesar de no ser joven y me dejado fotografiar a placer su trabajo. Muy buena gente, si señor. 
Y de nuevo a la ruta. Hoy el día ha sido de calororazo  amplio y potente. Mientras avanzaba por el arcén, a lo lejos, he visto algo extraño. Había bastante distancia y nunca lo había visto. Generalmente, me ocurre lo siguiente. Voy por el camino, pedaleando, con la cadencia cogida, con la mente en si "son pechos o huevos", por ejemplo, y los ojos en todos los sitios a la vez. Y veo algo. Algo que dispara las alarmas de mi interés. Y entonces entra en acción el proceso de criba, paro, no paro, paro, no paro. Hasta que tomo una decisión. A todo esto, sigo avanzando, lógicamente. Si decido parar, pues ya estoy a cien o doscientos metros, con lo que me detengo, espero a que no venga ningún coche, giro en el arcén y vuelvo al lugar interesante. Hoy también me ha ocurrido así, y he tenido que volver unos 200 metros por mi arcén y otros 200 por la carretera donde estaba ocurriendo.
Y lo que ocurría, no he llegado a entenderlo para nada. Había un espacio delimitado por cuerdas en el suelo. A su alrededor, personas, que llamaban a sus pájaros por su nombre, a voces, para que cantara, digo yo. Dentro de él, colgadas muchas jaulas, como se ve en las fotos y dos hombres, con un rotulador en la mano que, a golpe de pito, iban a una jaula y ponían un trazo. Y parecía que iban avanzando en círculo alrededor de las jaulas. Pitaba el pito, se acercaban a las jaulas y escribían en una, cada uno una diferente, tachaba el pito y se alejaban de las jaulas. Eso es lo que he visto. Y debe haber alguna fiesta cercana, porque estaban engalanando una valla con metros y metros de telas. 
Para rematar en bonito día, me he ido a ver unas pequeñas y agradables cascadas de agua muy caliente, llamadas "Hot Spring Waterfall". Unos cuantos kilómetros más, 16 aprox. y un buen baño, en aguas calientes y frías, que me ha dejado como nuevo. Y no me han cobrado la entrada de la bici. 
,Después he entrado en un supermercado, a comprar vituallas para dormir en un Templo. Y tenían pan!!!!. Me he comprado una gran barra, que me he metido completa para cenar, con jamón york y un litro de rico jugo de verduras y hortalizas. Y estoy en el templo. Me he dormido a las 20:30 o así y me he despertado, pensando que serían las 3 o las 4 del a mañana y eran las 22,30. Así que me he puesto a escribir y ahoa, a las 24, a dormir de nuevo.

































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