Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














martes, 31 de enero de 2012

Nami-a 8Km de Baling. 77 km. Malasia. Malaysia. Bicicleta. Capitannolas. Rocinante


Era totalmente de noche, la primera vez que me he despertado. Y la segunda. Y la tercera. Así que, cuando ha sonado el despertador a las 7, que estaba amaneciendo todavía, no me he levantado. Cuando se ha hecho de día del todo, he salido del nido y, tras observar que mi amigo el perro me seguía temiendo, tranquilamente, he recogido, me he duchado con la escudilla y he desayunado, justo a la puerta del templo, arroz con carne, como no. 
La carretera es de una exuberante belleza verde y no se porta mal, aunque cada vez se va poniendo más duro. Arrozales, ríos, lagos, selva. No falta de nada. Bueno sí, desierto, jajaja. Voy deslizándome por el asfalto escuchando los cantos de los pájaros y el ruido de los silbos que mis orejas realizan con el aire. Apenas hay tráfico y disfruto como un loco. A medida que avanzo, o sea, a medida que me alejo de la civilización, la gente es más alegre y saludan un porcentaje alto de personas. Algunos, de manera muy ostentosa, incluso. Un abuelete, casi se cae de la moto, de tantos gestos y parabienes que me hacía. Pero, lógicamente, hay de todo y, en un puesto, me han cobrado, yo creo, el impuesto turístico, jajaja. El café cuesta 1, pero me ha cobrado 1,20. Con mucha sonrisa, eso sí.
Como había desayunado bien, y luego el café, pues no andaba con demasiado hambre. Me tomé un aperitivo, al rato,  que llevaba conmigo y continué. Pero hice mal, porque aquí son muy estrictos en las formas y cuando llaman a la oración, se acabó el mundo exterior. Todo cerrado. Tengo que aprenderme las horas de cierre,  porque ha habido un punto que me ha dado flojera y en los restaurantes donde había alguien (pocos), según me acercaba, me decían que no. Estaba viendo que si no comía, me daba un pajarón, porque hacía un calor potente y ya llevaba horas con poca comida. Por fortuna, había una tienda abierta y ahí pude comprar, mientras escuchaba al imán con sus sermones. Compré fruta, agua pelín fresca y un bollo como de pan sin cocer que dentro tenía chicken. Y, con eso, hasta las cuatro, que es cuando me dijeron que habrían otra vez.
Más reconfortado, mientras subía y bajaba cuestas, me llamaron desde el campo unos señores, ofreciéndome algo. Volví y estaban cogiendo, con una gran caña, esa fruta que es roja y como de pinchos, que ahora mismo no recuerdo su nombre. La de la foto. Me empezaron a dar erizos y erizos. Creí que tendría que comprar un remolque, jajaja. Siempre me preguntan de dónde soy, a dónde voy, de donde vengo y tal. Cuando se enteran de la edad y de que vengo desde Vietnam, se hacen más amigos y si me están dando algo, me dan más todavía. He colgado de una de las alforjas, el bolsón de erizos. Y parece que no, pero se nota. Como kilo y medio o dos. No había avanzado ni 1000 metros, me encuentro una moto, con su dueño, jajaja, en la cuneta, haciendome señas de que me detenga. Llevaba una estupenda velocidad después de una bajada y, enfrente, una estupenda subida. Pensaba aprovechar la inercia para ganar unos metros, pero el hombre insistía, con su mano. Me detuve, me llevó a su casa y me empezó a llenar una bolsa con mandarinas. Más peso, no, por favor, pero no hubo manera. Otro kilito que llevo colgado de la otra alforja. Si esto sigue así, voy a tener que buscar unos porteadores, que se conformen con cobrar en comida, jajaja.
Pedaleando, veo frente a mi, una bicicleta con alforjas, bueno, una alforja y tres más, entre ellos, dos niños. Les saludo, pero ellos se detienen. Yo también, como no. Charlamos un rato, me explican que ellos han venido ayer, creo, de Vietnam, o sea, como yo, hasta ahora, pero ellos viven aquí mismo, donde nos hemos encontrado. Me regalan una bolsa de plátanos fritos y me comentan que la ruta que elegido tiene, mañana no, pasado, una dureza muy avanzada. Muchas cuestas, largas y con pendientes importantes. Vamos, que voy a disfrutar, se ríen. Me recomiendan que la haga en dos días. Yo creo, que van a ser tres. Pero, la verdad, es que empiezo a estar mosqueado con el trozo de 120 Km. A cada persona que se lo he comentado, que voy por ahí, me felicitan, diciendo que soy un tio fuerte y que buf, y hacen con las manos unos movimientos, que me asustan un poco, sobre todo, cuando indican las pendientes.
Pero está decidido. Y no es que quiera subir cuestas, ni que me guste hacerlo, como he oído a otros viajeros, no. Lo que me atrae, es la montaña, sus paisajes, sonidos y naturaleza. Me han dicho, los ciclistas,  que vaya con cuidado, no me salga un elefante, de repente. Así, como si fuera la cosa más normal del mundo, jajaja. 
Llevaba ya 77 km y me faltaban 8 para llegar a Baling, mi final de etapa previsto. Pero los ciclistas, que me han dado mucha información y plátanos fritos, también me han contado que el hotel, cuesta 90 rings, jajaja. Y he visto un templo, en el Km. 77. Y he sopesado la situación. 90 rings en mi bolsillo y durmiendo en casa de Buda. Sin dudarlo, la balanza ha caido del lado de Buda, nuevamente. Y también aquí, se han resistido a darme acomodo. El argumento que utilizaba ,el monje, es que estaba a sólo 8 km de la ciudad. Mi argumento, era cojera, que se me ha quitado, en cuanto hemos llegado a un acuerdo. Y también ha ocurrido lo que no conté ayer. Dejan muy claro que es por una sóla noche y que mañana, me voy. Si es así, vale, me dijeron ayer y hoy. ¿Se me estará poniendo cara de monje?.
Mañana, etapa de transición para meterme, a la siguiente, en los infiernos de la selva y sus abominables carreteras. Ohhhhhhhhhh, qué ssssuuuuuusssssstooooooo!!!!!!.  ¡Piñones a mï!


Informo que en Alor Star, estuve en dos hoteles y pregunté el precio de un tercero, muy bueno de apariencia y gente hospedada. Los precios máximos de ellos fueron 57, 75 y 85 rings. Por lo que considero esos precios como máximo para mi, dado que no es el tipo de hotel que yo uso y los míos tienen menos confort



La plaza de un pueblo

cunita






Lago Beris






templo en el que he dormido


mi "dormitorio"


Rambutanes

Gracias por los rambutanes

Gracias por las mandarinas

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