Kho Lanta Yai. 36 km. Thailand. Tailandia. Bicicleta

Este primer día de courch, ha sado tranquilo y vacacionero. Todos se han ido a trabajar temprano y cuando me he querido dar cuenta, estaba sólo en casa. Así que he desayunado un trozo de tarta que hay en la nevera, del cumpleaños de una habitante, del día anterior, y me he ido de excursión por la Isla, sin saber muy bien hacia dónde iba. Tiene una carretera, que practicamente la circunvala, pero hay un punto en el que Un Parque Nacional, la interrumpe. Y luego hay dos carreterillas que unen ambas por el centro de la isla. Así que tenía dos direcciones para elegir, derecha  o izda. 

Hoy he elegido la de la la izquierda, y he llegado, costeando hasta el final. Es una playa interminable que, cuando la marea está baja, como he visto esta tarde, está llena de rocas volcánicas, con lo que un baño debe ser bastante doloroso para los pinreles, jajaja. Cuando se ha acabado la costa y la carretera se metía para el interior, pues por ahí me he metido y tambien, para descubrir, jajajja, que ayer, cuando llegué, dí una vuelta estupenda para llegar a mi casa, cuando podría haber venido directamente, si en un cruce, hubiera cogido la dirección contraria a la elegida. Eso, no es nimgún problema, excepto que llegas a un punto en donde, sí o sí, si quieres venir a donde viven mis amigos, tienes que coger una de las carretera que cruza de un lado a otro y esa carretera, cruza una montaña a saco. Sin contemplaciones. Ayer, cuando la subí, con las alforjas, en tres etapas, crei que me daba un síncope. Son tres cuestas, sin descanso, con tres curvas, endemoniadamente empinadas. Una exageración. Nunca he subido algo tan inclinado y le eché arrestos, pero es que Rocinante se ponía de manos con el miniplato y el super piñón. Madre mía, como las cuestas de Malasia sean así, me muero. De verdad, que subiendo el puerto de Navacerrada no hay ninguna cuesta con esas pendientes.

Un poco antes, paré a comer y mientras lo hacía, se puso a llever. Vi, que en la casa de la señora del puesto, había un poster con los musculos del cuerpo. Ese poster, lo suelen tener, en algunis de los lugares de masaje, así que le pregunté a la señora que si era masajista. 

Como la respuesta fue afirmativa el tiempo estaba de locos, pensé que un masaje, me vendría de maravilla y la señora, una masajista de lo mejor que hasta ahora ha pasado por mi cuerpo, me pegó una paliza soberana, encontrando zonas duras en mis músculos y haciendome ver todas las estrellas del mundo mundial cada vez que apretaba en un nódulo de esos. Pero sarna con gusto, no pica, dicen y aguanté como un jabato el round. Después, cuando terminó, me dijo que me fuera directamente a la cama, a dormir un poco para que los musculos fueran yendo a si lugar y se relajaran. No sabía, la buena señora, que para llegar a mi cama, tenía que pasar de nuevo, por la prueba de la cuesta que hoy, sin alforjas, me he subido en dos etapas pero que me ha puesto la musculatura de las piernas, como barras de hierro, así que los efectos del masaje se han ido a Kravi, por poner un ejemplo.

Cuando he llegado a casa, no había nadie y de hecho, sigue sin haber, no se si habrán ido y me habrán dejado de guardés, jajaja, porque una de ellas, que es instructora de buceo, creo que sale a las 17,30 o algo así, y ayer me dijo que hoy ibamos a hacer una barbacoa, con las comidas que sobraron del cumple. Ahora la llamaré, que para eso tengo un teléfono que no gasta nada cuando llamo, al menos sigo con el mismo saldo despues de hacerla un par de llamadas ayer.

La casa es un gusto, se está estupendamente, Tiene un jardincillo y por dentro es muy cómoda y completa. Yo tengo cama fabulosa y  he dormido como un bebé. Me falta aclimatarme un poco al espacio, pero se está de maravilla y no sé cuanto tiempo estaré, o si me echarán mañana mismo, jajaja.

Y mañana toca excursión para la derecha que, por lo que visto en el mapa, es dirección al Parque Nacional, al que haré una visita y al pueblo antiguo, como dice el mapa y a todo lo que se me ocurra por el camino, como siempre. 

Estoy en Klong Nin, dentro de Koh Lanta Yai y cerca de la isla pequeña, que se llama Koh Lanta Noi.

de izda a derecha, Stephanie, Luk, mi y Simone