Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














martes, 31 de enero de 2012

A 35 Km de Jeli-Jeli. 43 km. Malasia. Malaysia. Viajar. Bicicleta. Rocinante. Capitannolas


Fabuloso el hotel que me preparé. Todo un lujo al alcance de muy pocos, jajaja. Es lo que tiene ser viajero. La habitación muy hermosa y las ventanas, funcionaban todas. Eran de esas de lamas de cristal que giran para arriba y abajo. Las podía cerrar y eso es lo que hice por la noche, para que no entrara la humedad y se secara todo, Hamaca, toalla, sabana, camiseta, pantalón... Tenía un equipo húmedo y era conveniente secarlo para evitar los hongos. Puse cuerda y a tender.
Como he dormido con el saco, no he pasado frio porque, la verdad, en estas latitudes, el tiempo ha cambiado enormemente.
He ido a la Madraza a "ducharme" con agua de la sierra, bien fresca, y a devolver las dos alfombras que cogí ayer para ponerlas en el suelo. La mañana ha amanecido con buena niebla y algunas gotas de cuando en cuando, pero sobre todo, niebla. En la bicicleta se notaba fresco, pero en seguida te acostumbras y se va mejor en manga corta. La niebla se iba alternando con trozos limpios, pero pronto se hizo mucho más espesa y me detuve a encender los flashes delanteros y añadir un piloto trasero alque ya llevo, pues no se veía ni a un metro y no quería que me atropellaran. La carretera hoy ha abundado en descenso pero no he podido disfrutarla porque tenía que ir muy pendiente, por la niebla y por el mal estado del asfalto, mua bacheado y roto en trozos. Los pelillos de los brazos y las pestañas, se llenaban de microgotas que me impedían ver con claridad y los coches y camiones me tenían acojonado, por la poca visibilidad.
Cuando por fín, estos elementos se calmaron, pude disfrutar del paisaje que era, como los días anteriores, muy bonito, añadiendo las nubes y niebla. Tuve bajadas estupendas ya sin niebla y llegué a un puente con una preciosas vistas bajo el. Hoy ha sido el día de las "cataratas", jajaja, o caidas de agua cercanas a la carretera. El caso es que he parado en tres, pero podía haberlo hecho en más, si no fuera porque quiero llegar a Jeli, coger una habitación, si no me piden lo de estos días y cargar los días del blog, atender el correo y hablar con la familia, para evitar preocupaciones.
También he parado en una escuela infantil. Me ha encantado como todos los niños estaban vestidos. Y muy formales, a pesar de ser pequeñines. La maestra les tenía entretenidos, cantándoles palabras, que ellos repetían a viva voz. No he tenido  problemas para hacer las fotos y me hubiera podido meter, pero pensé que acarrearía una interrupción y un alboroto para la clase. Y llegué a Jeli.
Lloviendo, como corresponde a un final de etapa dificil. Los 120 Km., de dificil recorrido, que todos auguraban complicados, lo han sido, pero también han sido bonitos, intensos y duros. Las montañas que hay que cruzar, no son nada imposible, es evidente, pero necesitan de una fuerza mental importante porque son largas y duras, y llueve. Cuando crees que ya estás llegando, te machaca con una inclinación mayor, más dura, para luego, seguir impertérrita subiendo, hasta las nubes, hasta dialogar con Eolo, o ver los aviones desde arriba, jajaja. Pero el placer que sientes cuando has llegado, cuando ves que, por fín, empiezas a bajar, que no ha podido contigo, insignificante alfeñique montado en Rocinante que, él, sí que pone todas sus fuerzas y te ayuda, con su suavidad y andar acomodado, con su maravillosos conjunto de piñones y platos. Todo un manjar.
Llegué al pueblo buscando acomodo, pero me informaron que, en pueblo pequeño, precios grandes. Y que no había hoteles ni nada. En habitación particular, y sin internet 100 rings. Miré a Rocinante que, guiñándome un ojo, me dijo, vámonos. Pero la señora, me dijo que había otra más y llamó por teléfono. El nuevo precio, de la nueva habitación, 50 rings, también sin internet. A esto, accedí, pidiendo verla primero. Tardó en venir el dueño y me dijo que le siguiera. El iba en cochazo y cruzamos, salimos, 1km, 2km... El coche no va a mi velocidad y lo he perdido de vista. Me doy la vuelta. Ya no la quiero.
Paro a comprar víveres para seguir ruta y aparece el coche. Le digo que está muy lejos y que tengo que volver a comer y a cenar y a internet... y que lloviendo como está y en bicicleta, no me interesa. Me dice que puedo comer en su casa, pagando claro. Insisto en que, gracias, pero que no la quiero y por fín, se va. Cuando estoy saliendo del pueblo, veo guest house. Pero leñe!. Si la simpática y amable señorita me había dicho que no había!. Pregunto. 50 rings y con interrnet. ¿Y para un ciclista sufrido?. ¡Ah, para un sufrido ciclista, 40!. Pues me la quedo. Eso sí, no tiene baño propio.
Y aquí estoy, decidiendo la ruta, si más montaña, si costa... Y ya llevo deshojadas 96 margaritas y nada.
Cuando estaba haciendo otras cosas, han llamado a la puerta. Es Hugo Tremolino. Un francés, que al ver a Rocinante, ha preguntado y al decirle que, encima era español, ha llamado a mi puerta, para hablar conmigo. Es un viajero, infatigable, que lleva un año de experiencias viajeras, incluidos 300 km, en Laos, en una barca que compró de segunda mano. Llevamos hablando un rato y ahora ha ido al baño y aprovecho para escribir esto, jajaja.


mis vistas, al levantarme















Con Hugo Tremolino. Mañana salimos los dos con las bicicletas de viaje.

1 comentario:

  1. Como sigas asi cuando vuelbas el camino de santiago te lo haces en una semana jajaja disfruta capitan

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