Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














viernes, 2 de diciembre de 2011

Carta de Rocinante

Por fin me ha dejado el ordenador el jefe. Es un abuso. Llevo pidiendoselo desde el principio del viaje y, hasta ahora, se ha negado. Debe ser porque no quiere que me explaye, jajaja.
Pero me voy a explayar. Para empezar, decir que me siento joven y animoso, no como él, que se pasa el día  llorando, buaaaaa, que si esto, buaaaaa, que si lo otro. Además, cuando tenemos algún problema no me deja que lo solucione yo de ninguna manera, ni siquiera por la expeditiva.
Por ejemplo, el otro día, cuando se equivocó de entrada a las taquillas de Angkor (jejeje, bueno, en realidad, el que me equivoqué fui yo que, iba tan lanzado, que me encajoné en el primer pasillo que ví) y no querían devolverle los dineros, si me hubiera dejado, le habría metido una coz en las muelas, al payaso de la taquilla. Para que se vaya  acostumbrando a escuchar al jefe, vaya, que tenía toda la razón. Además, que a mi no pueden llevar a comisaría, jajaja.
Pero nada, ni en esas. Otra cosa. Desde que salimos, a los diez o doce días, me empezó a echar limpiador de cadenas en la misma. Yo, tenía mi grasita, no mucha, es verdad, pero algo tenía. Y va un día y dale que te dale con el limpiador. Además, con un cepillo de dientes, para frotar bien. Toda la grasa, al garete. Y claro. Veía las estrellas en cada giro. Y como veía las estrellas, chillaba y chillaba, porque me dolían los eslabones de puro resecos que estaban. Y no sólo ahí, me ponía limpiacadenas. En el cambio, en los pedales... Pero este tío se ha vuelto loco, pensaba. Y se lo decía. Pero él erre que erre. Que no, me respondía, que es aceitito del bueno, ¿no ves lo licuado que es?, como el de las máquinas de coser, que es estupendo. Y más limpiacadenas.
Llegó, por fín, el día en que él no aguantaba más los gritos. ¡Viva las burbujas de azúcar!, grité. Y me puso aceite del bueno, de moto de carreras. Apenas podía gritar de gusto, me patinaban las palabras. El estaba perplejo y, en sus pareados en la carretera, le oía maldecir al dichoso bote de aceite que llevaba consigo. Como quiera que fuera, se me quitaron los reumas y las penas, de ahí, que varios días hiciéramos más de 90 km. De puro suave que iba.
Más cosas. Aparte de desengrasarme la cadena, me mantenía en un estado bastante poco decente para mi talante presumido. es verdad que una vez me lavó a conciencia. Había llovido y el barro me agarrotaba. Menuda ducha me dieron. Como la patena quedé. Con menos aceite aún, jajaja. Y después, otras lluvias, charcos y más mandangas, me volvieron a dejar en un estado, no lamentable, que a tanto no llega, pero bastante poco limpia.
Hasta hoy. Se ve, que con vistas al próximo viaje a Thailandia y los muchos kilómetros que tenemos por delante, se ha vuelto previsor. Ha reparado las dos cámaras pinchadas, me ha lavado y recolocado los pulpos que tanto me afean, me ha limpiado, hoy sí, con razón, la cadena y la ha engrasado, con aceite del bueno. También el cambio, eje del pedalier que también chirriaba un poco y pedales. Como nueva, he quedado.
Que se prepare, que le voy a dejar las piernas para el arrastre, jajaja. Aunque las etapas que ha planeado, sólo tienen entre 40 y 60 km., como máximo. Brrrrr.
Yepaaaaaaa!!!

1 comentario:

  1. Queridisimo amigo Rocinante.

    Te escribo estas lineas, puesto que al igual que tu pertenezco a esa raza de seres que acompañan hasta al final a nuestros amos, y que por desgracia nuestra solo somos alabados si nuestro comportamiento ha sido no el mejor, sino el superior.

    Me presento, soy la bicicleta de jofegaber, y me llamo, bueno me llama "La Meta".

    Realizadas las formalidades, debo decirte, que no eres el unico que sufre en el mundo, como tu muchas de nosotras (por que yo soy femenina indiscutiblemente, pero todo masculino tiene su lado femenino, aunque esto seria motivo de otra discusión), sufrimos en silencio nuestras propias cargas, como la de nuestros amos, que alegres y campantes, silbando o cantando, mirando o hablando, van encima de nosotros hasta el ultimo confin.

    Y ¿que obtenemos a cambio?, en mi caso como el tuyo desidia, pereza, y en algunos casos hasta pellizcos en nuestras estructuras por todas sus torpezas.

    ¡¡¡Ay amigo!!! hablas tu de aceite, y yo lo reafirmo, que me tiene este amo mio a palo seco, que si fuera de aceiteros anonimos, ya habria yo sacado matricula de honor. Por no decirte que hasta se vanagloria de mis achaques y ruiditos, por que dice el insensato que todos son sinonimos de musica bicicletera... ¡Sera posible amigo!, tu crees ¿quien se monta encima mio?.

    Pero bueno dejemos esta conversación para otros ratos más tranquilos. Le deseo a usted, y solo a usted muchos sanos kilometros, que me siga tan galan con su nombre en su cuadro, que le digo yo, que le queda muy bien, y me siga bien de salud en el tema zapateril, y no se me encabrite, que usted tiene nombre de corcel, y yo fijese, me llama burrita, y eso que en dimensiones deberia parecerme más a jaca cordobesa, pero dejemoslo estar.

    Muy atentamente... LA META.

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