Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














domingo, 4 de diciembre de 2011

kralanh-Mean Chey. 58km. Camboya. Cambodia

Vaya madrugón que me he metido esta mañana. Y encima ha sido una noche de perros. Mi ventana daba a la carretera, y el tráfico duró hasta ni se sabe. Yo sólo sé que tardé en dormirme bastante, debido al jaleo trafiquil.  A media noche, ni siquiera quise mirar la hora, unos perros, muchos se pusieron a ladrar. Uno de ellos vivía en la propia casa y, hasta que los dueños, no se jartaron, no salieron a mandarlos callar. Doy fe de que tienen mucha paciencia. Y luego, a las cinco, el tráfico, el ruido de los cacharros que preparaban para el desayuno, el saco-sábana en el que dormía y que no me permitía moverme a gusto, etc, me despertaron irremisiblemente, jajaja. Con el alba, estábamos Rocinante y yo enjaezados y dispuestos a echarle millas al asunto.
Pero nada más salir del "hotel", un restaurante que estaba enfrente nos llamó la atención y me metí a desayunar. Buen desayuno. Era el primer parroquiano que atendían y encima jinete bicicletero. Me pusieron un plato de campeonato, de cerdo con arroz y verduritas, pero muy bien servido de todo. Y además, la señorita camarera, tenía ganas de charla. Así que charlamos largo y tendido. Cuando vuelva, si tengo tiempo, quiero hacer un tratado de como mantener una larga conversación con 20 palabras en total, jajaja. Y que conste que es cierto.
La mujer me contaba que los turistas que llegaban, la contaban lo bonito que era Cambodía, y lo morenos que estaban y tal y pascual. Pero a ella, nada de eso le hacía mucha gracia y estaba deseando cambiar de aires. Hablando de aires. Vaya fresquito que hacía esta mañana. Frio, casi.
Hoy, en la ruta, he pasado por tres partes diferentes muy propias todas ellas. La primera era la de los cangrejos de carretera. Los había despachurrados y enteros antes de ser despachurrados. A uno, el de la foto, lo salvé por culpa de la foto y para no ser despachurrado yo también, jajaja, porque andábamos los dos por el asfalto, por todo el centro, para conseguir enfocarlo. Tuve que darle una patadita y echarle a la cuneta. Para su fortuna, decidió tirar para el campo, en lugar de volver al asfalto de nuevo.
La segunda parte, y muy desagradable, era un tramo lleno de mosquillas. Cuando digo lleno, digo macizo. Lease que se te metían en el pelo, en la boca, en la nariz mientras respirabas... resultaba desalentador y estaban en bandadas. Ora un grupo, ora otro. Y entre oras, más. Menos mal que igual que llegó, se fué y pude, parando en la carretera, sacudirme el pelo todo lo demás para quitarme los restos.
La tercera, menos agresiva, afectaba a la nariz, solamente. Cada equis, y sin saber porqué, olía fétidamente. Igual que las anteriores, igual que vino, se fué. Además he pasado por una zona de canteros que cantaban mientras picaban las piedras para hacer budas, elefantes y otras piezas de su cultura.
Y la carretera, a parte de ser durante un tramo infinito una recta interminable, sin un solo árbol ni referencia que anime el espíritu, ha tenido la primera cuesta. No muy acusada, pero si era cuesta. La hemos subido con una cadencia pausada, para ver que pasaba, pero la hemos bajado a todo trapo, para disfrutarla.
Del país, ahora que ya salgo de él, he oído y leído muchas cosas. La mayor parte, juicios parciales, a veces injustos. Por otro lado, es normal. Si uno viene al país y recorre las cuatro o cinco ciudades importantes, como hacemos todos cuando vamos de vacaciones, pues ni te enteras del país ni ellos se enteran de tí, sólo de tus dólares. Más, si te mueves en "Rocinantes", "Bartolas", "Metas" o "Chulapas", amigo, nadita que ver. Puedo afirmar, con modestia y equivocación probable, que es un país bello, con personas muy amables y generosas, sonrientes siempre y que, salvo excepciones, no buscan tu dinero. Fácil y barato de vivir. Claro, querríamos que aún fuera más, jajaja.
Y mañana a Thai, o a la frontera, como mínimo. Como no tenía planeado ese país, no tengo mapa de carreteras. Espero encontrar uno, jajaja, si no, me imagino dando vueltas y vueltas, perdiéndome, para no variar.
Y, como me queda dinero camboyano, hoy me he dado otro masaje. Este sí que ha sido bueno. La chica, era una experta masajista. Cuando se ha enterado que iba en bici, ha puesto todo su arte a disposición de mis doloridos músculos y me ha metido una paliza, que aún estoy recuperándome.
Y esta noche tengo un hotel de lujo. buena cama, nevera para el agua de mañana que salga fresca, baño con jabón, champú y demás, tv, que nunca he puesto, mesilla y escritorio, más mesita auxiliar y terraza. Un lujo. ¡Cómo voy a dormir!. Ora pro nobis.


Cangrejo de las carreteras amenazador

No se puede ser más guapa. Bueno, sí. Mi mujer.

Sobre esos pilotes, así, apoyados, se construye la casa. Debe ser para que flote si vienen mal dadas.

Ni modelos profesionales posan mejor. Palabra que no intervine para nada. 

Niños toqueteando a Rocinante, como corresponde.

llevando al cerdito a pasear

Oh, Buda, que todo lo permites con esa sonrisa.

talleres de cantería


Tapones que ponen en los cables para que las enredaderas no se electrocuten

Motos gloriosas. Conductores aguerridos.

Y por la noche, a bailar al parque.

1 comentario:

  1. Gracias por tu reflexión sobre ese pueblo, haber si se nos queda algo de ello en la sesera en esta tierra nuestra.

    Preciosas fotos, y uno no deja de sorprenderse de la capacidad de esas motos....

    Gracias por mencionar a la Meta, ultimamente se sonroja cada vez que menciono tu pagina. :D

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