Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














domingo, 16 de octubre de 2011

Mientras se descarga el skipillo, os cuento algo

Salí de Madrid, con el corazón y la mente embotados. La verdad es que soy un blandengue y, entre unas cosas y otras, más de unas, que de otras, me derrumbé justo antes de pasar los controles. Nada más pasar a controles, al pasar bajo el arco de seguridad, la alarmita se dispara. Me paran. Me preguntan que si llevo algo en los bolsillos. Nada, respondo. Me cachean y no encuentran nada. Se lo toman en serio y me vuelven a cachear, pero con detalle. Todas las costuras salientes fueron meticulosamente estudiados (con mucho respeto, eso sí). Finalmente, como no podía ser de otra manera, unas mínimas llaves de un mínimo candado que mi hijo me dio para cerrar los tiradores de la maleta, eran las culpables. Se habían metido en ese embudillo que hacen algunos bolsillos de los pantalones y por más que me miraba y miraban, no las detectábamos.
Con el corazón encogío me tragué, aprox. 15.000 kilómetros de avión, con escala en Doha y Bangkok. Llegué a Ho Chi Min City molido y, ni la alegría del reencuentro con Rocinante, me alegró el espíritu.
En el camino, metí la pata en Doha. Dado que mi inglés es little, me requeteinformé de cúales eran los pasos que debía realizar en el cambio de avión de Doha: "sales del avión, habrá un autobús para los que hacéis transito, te subes a él y, ojo, hará dos paradas. En la primera, que es naranja, tú ni miras. A la segunda que es amarilla, mira, como el sobre donde llevas el billete, que es amarillo, te bajas. Así de fácil.
Bueno, pues de eso que tan bien llevaba aprendido, nada. Todos los del avión, en un único autobús y para la terminal de llegadas. De amarillo nada y de naranjas, las que se comían unos mozos. Se me dispararon las alarmas. Al entrar, una inmensidad de personas y cinta de escaneo de material. El tiempo total del tránsito era de hora y media. Las alarmas subieron una octava.
Finalmente, me tocó el turno en el escáner. Cinturón, las llavecitas, la mochila y la bolsa del tesoro (dinero, cámara, pasaporte, billete avión, etc). Mi nerviosismo (y soy una persona tranquila, creo, jajaja) aumentaba. Y las octavas, también
Como consecuencia de ello, me de dejé la bolsa del tesoro, que iba la última en la cinta y que, casualmente, se atascó o la pararon cuando ella estaba dentro. Cogí la mochila. las llavecitas, el cinturón y salí escopetado y, de repente, al ir a buscar el billete para preguntar por señas, si iba en la buena dirección... Horrorrrrrrrr ¡la bolsa del tesoro!. El viaje entero a tomar por el culo. Sin billete, ni dinero, ni pasaporte, ni tan siquiera la máquina de fotos para fotografiar mi cadáver, en Doha, quedé muerto en vida y mi espíritu se desvaneció. Las octavas alcanzaron su máximo agudo y todo el aeropuerto se ensordeció.
Mientras tanto, una vez recuperada la respiración, corrí de vuelta al escáner y, oh Murphi, amigo mío, allí estaba ella, en el extremo, abandonada y sola. Me tiré en plancha a recuperarla, pero el policía no estaba dispuesto a que un "listo" que atacaba por retaguardia, se hiciera, sin más explicación, con el botín. Finalmente todo se arregló, razón por la cual estoy escribiendo esto ahora mismo.
Desde allí, a Bangkok, escala sin bajarse del avión de una horita larga y tras un último vuelo, Ho Chi Min.
Aquí tocaba "afianzar" el visado, tras la primera parte realizada por internet desde Madrid. Nada especial, unas colas de nada, una espera de un poco más que nada, un pago de 50 dólares y a por Rocinante.
Tengo que reconocer que estaba molido, con el estómago hecho una breva y con el pulso, aún un poco trastocado de modo que, cuando un "taxista" con una furgoneta (este país es maravilloso, parece que buscarse la vida no es ningún problema), me entró, al verme con semejante equipaje (la caja de Rocinante, la maleta donde van las alforjas, la mochila y la bolsa del tesoro), enseguida llegamos a un acuerdo.
He cenado, he paseado y ahora me estoy durmiendo.






2 comentarios:

  1. Venga capi que estamos ansisos queremos mas afotos del desalluno

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  2. Joen que crack!!!

    Encima el tio se hace amigo del Murphy... pues nada chico, esto esta chupado!!!!

    Me has puesto los pelos de punta, asin que haz el favor de cuidarte...

    Y disfruta... es maravilloso ver gente como tu.

    Un abrazo

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