Estoy en Lap Vo. Vietnam en bicicleta. 63,3 Km.

Bueno, pues el tercer día de rodaje ha concluido.  Esta mañana salí temprano y a pesar de ello, el sol me ha perseguido sin descanso, llegando a provocarme un verdadero calentón de brazos que, gracias a que llevaba la crema en el bolsillo, no ha pasado a mayores.
 La etapa de hoy la tenía prevista cortita, más o menos de de 35 o 40 km., pero la falta de hoteles y el deseo de llegar a uno de ellos para refrescarme con una ducha y poder escribir y comunicarme con mi gente, me ha hecho tirar hasta los 63.3 asfixiantes kilómetros, duros, muy duros.
Esta mañana, redistribuí el peso de las alforjas y la mochila, intentando bajar el centro de gravedad lo más posible, y en esa vaciada, apareció en uno de los bolsillos infinitos el relojillo cuentakilómetros. Eso es bueno, por una parte y malo por otra, porque te hace conocer datos que de ignorarlos, vives más feliz, jajaja.
Por ejemplo que la temperatura ha rondado, sobre mi cogote los 42,9 grados, de sol implacable, que la velocidad media era bajita, (no voy a poner cual era, para evitar risas) y que el tiempo pasaba a velocidad de vértigo.
Finalmente, tras un par de equivocaciones, dando marcha atrás y delante, encontré el dichoso hotel, que tiene wifi, pero no internet.
Ahora mismo, estoy con un pincho de un comerciante, en el suelo de su tienda, escribiendo mientras los niños de la familia se ríen conmigo y me incordian. No tengo ni idea si me cobrará o no, pero si lo hace, le estaré igualmente agradecido.
La moral por las nubes, el moreno ciclista, os podéis imaginar, el olor de los pantalones, glorioso y mi risa, incansable, incluso cuando se ríen de mí.

En un vivero de bonsais

Estos caballetes de "paja", no sé para que sirven ni que son. Los mueven y voltean. Al principio, huelen fatal. Luego ya no.

pastores de patos cruzando el río desde la otra orilla hasta ésta