Esta mañana no tenía ni la mente ni el cuerpo para salir

Finalmente no he salido. La verdad que esto del tráfico impone. Rocinante ya está listo para rodar y yo también, pero no sé como voy a abandonar esta ciudad. 

Aunque me fijo y me fijo y parece que, aunque es una locura, tiene su método. Todo será intentarlo. 

Por lo demás ha sido un día tranquilo, sin muchas novedades, excepto un tormentón con rayos y truenos. Aproveché para meterme a cenar.

Pasé, se me olvidaba decirlo, por un parque grandecito. Es el primero que veo así de grande y estaba cuidadísimo. La estética es un poco (me parece a mi) japonesa. Tiene árboles muy antiguos y ha sido una gozada

Bicicleta marca acme, justo debajo

maraña enmarañada