Objetivo:

viajar en la bicicleta, Rocinante, por diferentes culturas. Vivirlas, empaparme de ellas, de la lentitud del viaje, de las sensaciones, olores, sonidos, emociones y consecuencias. Ser esponja del mundo que me rodea en cada momento. Crecer un poco más, para ser más humano, sencillo, abierto. Y compartirlo.
De momento, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia...














jueves, 27 de octubre de 2011

duong dong

Esta mañana, el dichoso discursito, ha empezado antes. No es que estuviera muy dormido. Por alguna razón, no termino de dormir a pierna suelta. pero de estar felizmente amodorrado a escuchar una voz monocorde, a todo volumen, hay un gran trecho. Hartito de ello, acabé levantándome para empezar el proceso de recogida y preparación de todas las herramientas necesarias durante el día. Una vez echo, salí a desayunar uno de mis sabrosos platos mañaneros. Espaguetis con  chicha gelatino-chiclosa, brotes, arroz y salsa picante. Dí buena cuenta de ello, que el cuerpo luego me lo agradece. Tras pedir unas botellas de agua fresca para el bote del cuadro y la botella de reserva, emprendí la partida. Hoy, me hice 30,6 km. entre idas, venidas y llegadas. La isla es verdaderamente verde, muy verde y, ésta sí, tiene cuestas. Se acabaron los llanos. Bueno, tampoco es que sea algo así como el puerto de Navacerrada, en Madrid, pero acostumbrado a llanear tranquilamente, con plato grande y piñón pequeño, con relativa frecuencia, a tener que meter el plato intermedio y el piñón más grande, hay una notable diferencia, ¿a que sí, piernas mías?. 
Gozada de viaje. Poco tráfico, señales indicadoras y llegada al punto de destino sin más paradas, que las por mí elegidas.Al poco de salir, vi una especie de parcela peladita con unos árboles muy majetes y un riachuelo. Quité el tarugo que impedía el paso con la bici (sobrepuesto apoyado entre dos piedras) y me interné en él para fotografiarlo. Cuando iba paseando entre los árboles, una gran pájaro, yo creo que de la  especie de las águilas, echó a volar, dándome un gran susto, pues estaba bastante cerca y no muy alto. Era un buen bicho.
Más a delante, me metí en un parque con aspecto de no terminado, pero muy bonito, con todo lo que era jardinería muy cuidada. No había una sóla persona. Continué mi camino, tralarí, tralará, hasta llegar a Duong Dong. Este lugar cuenta, según las guías más reputadas, con una playa paradisiaca, de 30 o más kilómetros de larga, de aguas celestes y palmeras que se inclinan para ver nadar a los peces o atizarle un cocoterazo a algún incauto. 
Hacía bastante calor y había perdido líquidos a mansalva. Acordándome de los consejos de los seres queridos, a parte de llevar la gorra mojada (gracias, amigo jofegaber) paré a tomarme un zumo de caña y el líquido de un coco. No recordaba yo que tuvieran tanto, pero si digo que tenía más de tiro y medio, creo que no me equivoco. 
Redondo de tanto líquido, me apliqué a la insigne labor de encontrar un aposento no demasiado codicioso. Tras alejarme un poco de la zona principal, empecé a preguntar: lo más barato 55$, lo m´s caro 135$. Joé, y me pareció caro los 15 que me pidieron ayer. Por lo que veo, fue un chollo. Continuo, y me alejo más. Vuelo a para a preguntar en un sitio más normalito. 35 y 55$. Continuo y, de nuevo, pregunto en otro. 27 y 57$. Caramba, empiezo a inquietarme. Veo un cartel, donde dice que se alquila casa particular y memento por un camino que va a dar a una gran casa tipo granja. Estoy por dar la vuelta pero el camino es estrecho y de tierra y no es fácil. Me meto en la casa para girar e irme, cuando un hombre que estaba lavando su moto, me dice muy jovialmente, Hellooooo!. Y como esto sí lo se decir fuerte y alto, pues contesto a todos los hellos que me sueltan, incluido a éste. Hello, le digo to simpático. Where are you from, me pregunta. Taimañá, le contesto yo, en vietnamita y luego el consabido I speak a litlle inglish, sorry. Y, a partir de ahí, ya somos amigos. 
Le pregunto dónde puedo encontrar un bungaló de a 10$. Me dice que salga con la bici a la carretera que, al llegar a ella, gire a la derecha, y que él me alcanzará con la moto y me lleva a unos. Bueno, pues increíble. Son los que ayer busqué infructuosamente en el pueblo donde estaba y que no encontré porque estaban aquí, jajaja.
Entro más contento que unas pascuas, pregunto precio y me dice que 15$, Le digo que nones, que internet pone que 10$. Ok, me contesta, 10$. Pero si quieres que esté en primera fila a un humedal, que debe estar lleno de mosquitos, 12$. Le digo que con 10 tengo bastante y me da un bungaló estupendo. Bungaló que luego, a la noche, tras venir de cenar hilillos amarillos muy finitos, cintas blancas más anchas, hierbas, pollo migado, brotes y una carne rara, pues no tenía luz. Tuve que cambiarme a otro y mañana he quedado para jugar un partido de tenis por la tarde noche. 
La playa, puaj!!!. Agua templadilla, transparente, arena fina, muy poca gente y un día deslumbrante. Un auténtico horror. Voy a tener que quedarme aquí una temporada, a ver si esto cambia.
Ahora estoy escribiendo esto, con el antimosquitos electrónico encendido y las palmas preparadas para dar matarile a cuantos se acerquen a menos de un metro de mí. Ya llevo tres en un ratillo. Y esta noche, mosquitero.











2 comentarios:

  1. Mira el Juan si ha llegado al Benidorm Vietnamita!!!! jajajaj :D

    Es broma, realmente me muero de la envida... y es totalmente cierto.

    Estupendas vistas, y puaahhh, el mar... oye, que para quedarse, verdad?...

    Me alegra ver que Vietnam no es tan fiero como pintan... Aunque haya voces al amanecer...

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Juan,

    Qué tal todo?
    Que sepas que te seguimos tus ex-vecinos y estamos pendientes de tu fantástica aventura

    Mucha suerte¡¡
    Abrazos,

    Carlos, Miguel Ángel y Gemma

    ResponderEliminar

Por favor, sea respetuoso con sus comentarios. Gracias. Aquellos que contengan insultos, u ofensas a razas o religiones, serán borrados.