De Estambul a Irán, pasando por la Capadoccia

Como comentaba en la entrada anterior del viaje de Miguel, éste había decidido cruzar Turquía en bus y furgoneta camino de Irán. Mientras estábamos todos juntos en Estambul, justo antes de la partida nuestra, estuvimos en la estación de trenes para sacar un billete a Ankara (donde se encontraban Jordi e Isabelle). Según nuestras informaciones, transportar una bicicleta en el tren, era perfectamente posible, sin embargo un limón de hombre, encargado de informar a los desinformados viajeros, contestó con un lacónico "no" a la pregunta de meter bicicleta en tren. Y, como cuando nos dirigimos a la Oficina de Información al Turista, o a las agencias de viaje, todos nos remitían a la estación, Miguel tomó la determinación de irse a la Estación de Autobuses montado en Bartola, sacar un billete sin preguntar y, a la hora de guardar el equipaje, aparecer con Bartola y la cara de mus, como si meter una bicicleta con sus 4 maletas, un saco, 2 cubiertas y miles de cacharrillos más sobre ella, fuera algo que, todos los días, y todas las personas hicieran normalmente. El caso es que coló y Bartola en la "bodega" y Miguel cómodamente ubicado en un asiento con pantalla individual de TV en cada respaldo, salieron hacia Ankara.
Dormido todo el viaje, llegó y se reunió con sus amigos, que estaban con un mecánico, que a su vez estaba reparando a la furgoneta de una avería de calentamientos. Acabada la faena, todos se fueron a dormir a casa del mecánico, jajaja. En serio. Al día siguiente, pararon a dormir en el lago salado.

Miguel saltando en el lago salado

Ya en la fuego, nuevamente, salieron camino de la Capadocia, donde tomaron el té Turco (Chai), en una de la Iglesias excavadas en la roca y después se fueron a visitar una de las ciudades subterráneas que existen por la zona. Algunas de ellas tienen más de 7 niveles de profundidad.

escalera de bajada a uno de los niveles dento de la ciudad subterránea

Iglesia excavada en la roca en Goreme

Durante todo ese día, vivieron ricas y divertidas experiencias con los lugareños, donde a parte de invitarles a chai, les dieron patatas, sandías, frutas variadas, etc.
En una de esas situaciones, ya cerca de la noche, se hicieron los simpáticos, buscando que les invitaran a dormir en la casa de ellos. Para camelarles más, con gran boato, sacaron una caja de 3 tabletas de turrón que nosotros le habíamos llevado desde España, para las agujetas. La familia turca, la recibió con mucha algarabía, se la comieron en ese momento, sin invitarles ni a unas migajiillas, y diciendo"vamonos a la cama, que estos señores se querrán ir", los pusieron de patas en la calle.
Llorosos y moscas, buscaron un hueco por ahí y a dormir. Después camino de Goreme, precioso valle lleno de formaciones rocosas formando pirulís, donde hicieron noche. A eso de las cinco de la mañana, un gran escándalo les despertó y al salir de la fuego y tienda, vieron asombrados un montón de autocares y de globos inflados llenos de gente, que salían de excursión aérea.

Pirulí de Goreme con globo

Después Miguel se hizo con Bartola y, para no perder la costumbre se marchó de excursión, haciendo 50 Km., por los valles de las rocas. Los huertos de la zona, le regalaron abundante y fresca fruta y, con los depósitos que lleva en la bicicleta, llenados previamente de agua, se dio una campera ducha.
Y, mañana, si todo va bien, salen para Irán, calculan que tardarán más o menos tres días. Allí, Miguel y Bartola, reemprenden el camino en solitario, camino de Irán, que cruzará de norte a sur, después un barco a Emiratos Arabes, Omán, puede que Qatar, Kuwait y Bahrein. De vuelta a Dubai, intentará coger un carguero que le lleve a India sin pagar, incluso poniendo cara de pena del gato Shrek a cada marinero que se cruce.