Marmaraereğlisi (Turquía) - Estambul. Y van 5000, 5000 kilometrazos en bici

Perdonar que me sienta orgulloso de los 5000 kilómetros de Miguel pero, qué quereis que os diga, para eso soy su padre, su papi, como muy cariñosamente me llama. Para comprenderlo, hay que coger una bici, ponerse a dar pedales y... después de equis kilómetros, allá cada cual, comprenderlo facilmente. Y eso con una bici con cerca de 60 kilos de equipaje, además. Qué tesón. Gracias Miguel y muchas felicidades de toda tu familia,
Gracias también a los 10 infatigables seguidores del blog. Sois magníficos. Con alguno mantengo contacto epistolar, genial, con otros sólo el dibujito o como se llame de ellos, a la izquierda de la página, me indica que están ahí, por voluntad propia, y que somos una muy pequeña "familia". Somos pocos, pero somos muchos más de uno, que no es poco. Gracias
Ya ha llegado a Estambul y la primera noche ha sido de sobresalto, pero ya adelanto que todo bueno. Resulta que, mientras buscaba lugar para el dormicio, conoció a unos muchachos que le invitaron a cenar y, para dormir, le indicaron un sitio "seguro", detrás de un edificio pequeño que ellos conocían y que le protegía de la visión de los ajenos. Debido al agotamiento que en los últimos días arrastra, entró profundamente en la fase alfa del sueño y, sobre la 1,30 de la madrugada su sistema de alarma interior se disparó. A todo esto estaba durmiendo en el suelo, sin tienda y con Bartola absolutamente cargada con todo (pobrecilla). En cero segundos, abrió los ojos y, junto a él, recortados por el halo de la noche, vió a 2 personas dispuestas a hacerle picadillo para albóndigas. Pero, no. Eran los amigos anteriores, los que le indicaron el lugar de la dormienda, que venían a avisarle de que, a las 7 de la mañana, volverían para invitarle a desayunar huevos, pan, mermelada, mantequilla, te....

 

dormitorio del susto de Miguel