Hoy me levanté, como siempre, temprano. Más o menos a las 6.30. Tras lo de rigor, a la calle. Pasé por un mercado, y luego, andando andando, me perdí. No se que tiene esta ciudad pero, o te pierdes o te pierdes.
Perdido como estaba, entre en un monasterio para, oh cielos, aclararme. El monasterio era Budista, y el monje, también.
Para quedar bien, y por amor a buda, le eché unos miles en la curiosa caja fuerte donde reciben los parabienes y, en consecuencia, me quiso vender la tostada. Díjele que era ciclista y que poco money tenía. Pero no se dio por vencido y, tras indicarme que me metiera en gugle, me instó a estudiar el budismo.
Anduve y anduve, tanto, que me dio un bajón. Ví a lo lejos un carrito de una abuela, con lo que yo llamaría plátanos. Por cuarto de dólar, compre un buen manojo. Y..., caramba, parecía patata medio dulce, o plátano apatatado. Raro, la verdad. Pero me vino de cine. Se ve que también contienen potasio.
Y continué andando. En eso, el cielo se encapotaba levemente. Calle tras calle llegué, sin buscarlo ni pensarlo, a dar con una maravillosa y mínima "fotomecánica". Me vino a la cabeza que Rocinante es Rocinante y que necesita, para acallar confusiones, y trabajo a mí, en potofó, (para borrar la marca del cuadro), aclarar las cosas.
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mercado |
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mercado |
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mercado |
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Se protegen |
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Sin faltar a la verdad, el monje me colocó tal cual, pero al milímetro |
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El monje fotógrafo y mi menda |
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Si este señor se va al foro a restaurar Vespas, se forra. Qué lujo |
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Este es otro. Vespa |
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cortando el hielo como cuando yo era chiquitito |
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en moto se transporta todo |
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trabajo gozoso con herramientas |
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parte de mi compra de "platanos". La otra parte estaba en mi tripa y un ratillo después, éstos también |
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Mis palillos, y lección de cómo se cojen |
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Que vas en la moto y te da sueño. Pues paras y siestecita |
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El mejor trabajo del mundo |
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Con los carteles acabados |
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Y yo me pregunto: ¿y si frena de golpe?. No lo quiero ni pensar. Están locos éstos romanos! |
Se me ocurrió preguntar a cuánto el vinilo y la respuesta me dejó turulato: los dos carteles, con su nombre, para pegar en el cuadro de la bici, inmaculados: 2,5$. Pues hágame 10, le dije, y de paso, me escriba, en redondilla y por las dos caras, la ruta de mañana.
Y, como como colofón, a mis largas y no premeditadas perdidas, y al anuncio de lluvia, que luego cayó, me compré un impermeable para mí y Rocinante, todo en uno.
Comidas: Bocata de pan con mantequilla y mermelada, más té, sandwich de jamón y queso al horno más croissant, sopita, sin hierbajillos (no fastidiemos con los recaditos), de fideales de arroz con cosas, arroz con pollo, que estaba de chuparse los dedos y cuatro cervezas, todas juntas. De agua, como 4 litros, más una botella de algo de aquí, tipo, nestia y una pessi.
También he visto, sonrisas, e incluso muchas risas, sobre todo cuando, perdido totalmente, bastante de noche, un grupo de policías amigables, me saludaron y me dijeron: ¿A dónde vas? (Y lo entendí) y les respondí: No lo se!
Por cierto, de Miguel, no sé más que va camino del Rajastán (o como se escriba). ¿Por donde andas, hijo?
Bueno juanon ya lo tienes .no te queda nada.es como el rascar.jajaja. Por aqui todos todos todos bien deseando tener mas noticias en cuanto puedas escribe .mucha mierda
ResponderEliminarEs un placer verte dando esos paseos por la ciudad...
ResponderEliminarCuidate mucho!!!!