Tranquilitamente, que tenía que despedir a la amiga Sia, de la China, me fuí esta mañana a Angkor, mi segundo día de entrada cara, jajaja. Hoy no tenía ganas de correr, además me duele ahora la rodilla izquierda, antes era la derecha. Se ve que tiene envidia.
He excursioneado tan despacio, en bici y andando, que sólo me ha dado tiempo a ver cuatro o cinco templos, incluido Angkor Wat otra vez, que el otro día, con tantos japoneses y demás estaba abarrotado. Sin embargo hoy había muy poca gente y ha sido un verdadero placer. He gozado como un enano. Además me había llevado una hamburguesa del hotel que me ha sabido a gloria, en la puerta Este de Angkor Wat. Y no he dejado tirado el envoltorio. Me lo he guardado en el bolsillo y más tarde lo he tirado a la papelera, jajaja. Para dar ejemplo, porque aquí, las cosas que no se comen se tiran al suelo.
El templo de Banteay Kdei, me ha encantado. Está muy derruido pero es precioso. La verdad es que parece que restauran poco, pero no me extraña, es que tienen templos a millones y de unos tamaños y con una piedras, que no es cosa de empezar a cogerlas y colocarlas una encima de la otra, porque son gigantes y pesan un montón. Pero restaurados, aunque sea con las piedras que están caídas, que no son todas, sería una gozada, tan grande, que por las noches tendrían que ir autocares a recoger al personal que nos abríamos quedado lelos de tanta impresión.
También he visto uno, pequeñito, de ladrillo. El único hasta ahora. Parece que éstos son anteriores a los de piedra. También precioso. Por fuera no me ha sorprendido demasiado, pero por dentro, la torre principal, estaba tallada con unas figuras muy guapas. Prasat Kravan, se llama.
Y hoy he visto monos. Qué curioso, porque hasta ahora no había visto ninguno por esta zona y hoy he visto bastantes (10 o 12, jajaja). Estaban viendo la puesta de sol, comiendo tan tranquilamente. No me he atrevido a acercarme a ellos por si me quitaban la cámara o me daban un mordisco, que nunca se sabe.
Cuando volvía, aún más tranquilo que cuando fuí, al cruzar un rio por el puente, he visto una noria de gran tamaño. está toda hecha de madera, excepto los tubos que recogían el agua, que eran de PVC. Curioso, porque tienen bambú y lo manejan de maravilla.
La única, pequeñita pega es que, cuando llegas a cualquier templo, tienes puestos de bebida, ropa, souvenirs, etc. Y te empiezan a perseguir durante un ratillo, intentado que les compres algo, con una voz tan lastimera y tan insistentes, que lo único que consiguen es que no les compres nada, pues te apetece salir corriendo. Si yo supiera camboyano, les diría que eso a los turistas no nos gusta. Que fueran simpáticos, como son ellos en realidad y alegres, que se contagia y facilita que te gastes los cuartos. Yo les digo que voy en bici y que no tengo parné, pero cuando ven a Rocinante, se carcajean y no pican. Es lo único que los hace reír. Tendré que escribir al gobernador y contárselo.
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Sia y Joie, en la foto de despedida de Sia |
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Al fondo Angkor Wat, que está en Restauración con lonas |
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Angkor Wat, desde un lateral |
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Catamarán hecho con dos piraguas y que utilizan para sacar algas de los lagos |
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Prasat Krevan |
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Prasat Krevan |
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Bat Chum |
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Estanque lleno de verde |
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Banteay Kadei |
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Arrozales |
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niños en el árbol |
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Mono viendo puesta de sol |
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Con un grupo de admiradores de Rociante. Uno de ellos, me la quería comprar |
Preciosa la foto del mono!!!
ResponderEliminar(Y ahora piensa a que hago referencia, jajajaja)
Un abrazo me alegra verte bien.